Por Rebecca Landry

Con una fe firme, una pasión por la psicología y una energía contagiosa, Kari Clewett es psicóloga, sexóloga y terapeuta de parejas. Además, se define como educadora, ya que desde una edad muy joven siempre le ha encantado enseñar y ayudar a los demás a realizarse.

Al día de hoy, quiere “cambiar el mundo a través del sexo.” Es decir, el Buen Sexo.

 “Quiero que los creyentes sean educados. Quiero romper la ignorancia, manteniendo la inocencia. Y quiero que los matrimonios cristianos tengan el mejor sexo… y que estén orgullosos de ello.”

Su idea es que los matrimonios cristianos viven su sexualidad tan bien y de tal forma que casi da envidia sana a los demás hasta que vienen y preguntan “¿Cómo es que os va tan bien?” Y que la respuesta sea “porque realizamos el Buen Sexo — aquel que Dios manda.”

Aunque la visión para transformar la iglesia en el área de la sexualidad vino después de su propia crisis matrimonial, lleva una vida entera acumulando experiencia y conocimiento. Desde servir el desayuno al presidente de España como camarera hasta ser líder de jóvenes en la iglesia y profesora de baile e inglés, ha aprendido de cada persona y cada experiencia vivida.

¿De dónde viene?

Estadounidense de nacimiento, pero Catalana en su corazón, Kari nació en el estado de Oregón, Estados Unidos y se crio en Barcelona. Desde entonces ha vivido en Barcelona, salvo unos meses en Australia, Indonesia y Suiza haciendo escuelas bíblicas. 

Como humanos, somos mente, cuerpo y alma y Kari siempre ha tenido una pasión por los tres aspectos. Esa pasión se ve no solamente en su trayectoria laboral sino también en su vida personal. Empieza sus días con la biblia, conectándose con Dios y consigo misma y haciendo algo de ejercicio. 

Su relación con Dios y sus ganas de hacerle conocido han guiado la trayectoria de su vida profesional. Empezó a dar charlas a una edad temprana, luego trabajó de líder de jóvenes en la iglesia y fue la directora nacional de Kings Kings, la fundadora de la base de JCUM (Juventud con una Misión) de Barcelona y formaba parte del equipo de liderazgo de JCUM España. 

Y todo eso antes de llegar a ser sexóloga (paciencia… ¡A eso llegamos!). 

Conoció la psicología en una clase opcional de secundaria y le pareció interesante sin más. Pero cuando empezó a estudiar en la Universidad Autónoma de Barcelona, se dio cuenta de que estaba hecha para la psicología. 

Aunque tardaría años para que ella trabajara de psicóloga a tiempo completo, Kari siempre tenía algún caso de acompañamiento psicológico y llegó a trabajar como psicóloga de emergencias dentro de los servicios sociales de Barcelona.

El momento ¡Aha! con la sexología

Se puede decir que el momento ¡aha! (o uno de ellos) en cuanto a la sexología empezó con una confusión al casarse. 

Habiéndose crecido en la iglesia, tenía ciertas ideas y creencias sobre el matrimonio y el sexo. Pero lo que estaba viviendo en su propio matrimonio no era lo que esperaba. Kari explica: 

“Cuando yo me casé y no era como yo pensaba que iba a ser, fue dónde empecé a interesarme aún más a decir ‘¿Cómo puede ser que lo que yo entiendo de Dios es una cosa y lo que yo estoy viviendo es otra cosa? Y no me encajaba.’”

Luego, en el proceso duro de divorciarse, se dio cuenta de que la iglesia en general no tenía recursos para discipular a la gente en el área de la sexualidad. En su crisis matrimonial, no encontró en español ayuda, ni libros, ni recursos, ni profesionales formados en el tema. 

Rota y decepcionada, Kari vio que un llamado puede surgir del mismo dolor. 

Sabiendo que dentro de la iglesia hay un mundo de problemas con la pareja, pornografía, distorsiones sexuales, infidelidad, diferencias en el deseo sexual, malentendidos y más, al poco tiempo empezó a cursar el máster de sexología y terapia de parejas. También comenzó a dedicarse a tiempo completo a la psicología. 

Ahora pasa sus días pasando consulta, preparando cursos y charlas y reuniéndose con su equipo. Se dedica a llevar la visión del Buen Sexo a iglesias, líderes, psicólogos y cada ser humano. Esa es la meta que tiene. 

La meta y el Buen Sexo

Como dice Kari, “Si Dios creó el sexo, deberíamos ser los maestros.” Debemos ser los que más disfrutemos, los que más entendamos, los que mayor provecho saquemos. 

Nosotros, dentro de la iglesia, los cristianos… ¿Maestros en el sexo? Expertos en el Buen Sexo, sí. 

Aunque va mucho más allá de estas cuatro palabras, Kari define el Buen Sexo como una relación mutua y consentida, íntima y placentera. Dice que “Dios ve el sexo como algo bello, algo a disfrutar dentro de un marco específico, hermoso y único. El Buen Sexo es algo alcanzable. Se puede aprender, se puede mejorar.”

Ella quiere ver dentro de la iglesia parejas casadas que están contentas, disfrutando de su sexualidad, teniendo buenos orgasmos y conectando a niveles profundos. Sin embargo, lo que estamos viendo muchas veces en la iglesia es lo opuesto. Pero eso se puede cambiar y esa es la meta de Kari Clewett.

Su misión al día de hoy es traer transformación a través de entrenamiento y formación para profesionales, consejeros y líderes para que ellos también puedan educar sobre el Buen Sexo. Quiere llevar la importancia de cuerpo, mente y alma al mundo de la sexualidad. 

Qué diferente sería el mundo si nuestra sexualidad reflejara el entendimiento de Dios.

Equipo el Buen Sexo

Su pasión y energía es lo que hace que Kari destaque en cualquier cosa que hace, sea dar clases en el gimnasio o dar charlas en la iglesia. Pero en el ámbito de la sexología, también destaca por su formación profesional y científico junto con sus estudios bíblicos y su fe. 

Además de sexología y terapia de pareja, Kari está formada en distorsiones de la sexualidad, adopción, EMDR y psicología clínica infantil-juvenil.

Con la meta de compartir la idea del Buen Sexo con el mundo, Kari ha formado un equipo de psicólogas y otros profesionales que tienen la misma pasión de ayudar a los demás a vivir una sexualidad sana y plena. Haz clic aquí para conocer al equipo entero y los servicios que ofrece.

Para Kari, lo que hace no es solamente su pasión ni solamente su llamado. Es también un privilegio. 

Lo explica así: “A día de hoy, me despierto todos los días y me encanta mi trabajo y amo el privilegio que tengo de poder ayudar a los matrimonios a sentirse realizados en su salud mental, espiritual y sexual.”